DESTINO O AZAR
Eran amigos hasta que pasó algo, algo que de repente iba a acabar con todo. Algo que ocurrió de alguna manera, todo pasa por algo. Eran inseparables, amigos para siempre, ni un solo minuto lejos. Andrés conoció a una chica, una chica que le mandó un flechazo con solo una mirada, con esos ojos azules. Luis se enteró que su amigo había conocido a una chica, se alegró y le felicitó. Tras varias tardes juntos, un día por la noche Andrés no recibía los mensajes, no le llegaban. Luis asustado llamó a los padres de su amigo, pero no había rastro del chico. Días después, en las noticias del domingo al mediodía sale la noticia, la terrible noticia de que aparece un cuerpo en un río, el río de al lado del colegio de los chicos. Era Andrés o no, esa era la duda para los pobres familiares y el pobre amigo. La tal chica de ojos azules, era la hija de un padre, un padre que perdió a su hijo y buscaba venganza. Tres años antes de ese suceso, el padre de Andrés salió de fiesta debido a problemas de alcohol y lo cogió, cogió el coche e impactó con otro. En ese coche iba la chica de ojos azules, iba con su padre y su hermano pequeño de 2 años. Padre e hija vieron como el pequeño no sobrevivió al accidente, vieron como a veces el ser humano no da la cara, es cobarde. El padre de la niña no paraba de buscar a la persona que había acabado con su hijo, hasta que dió con él y le siguió con el coche hasta su casa. Sabía, sabía donde vivía y siempre estaba vigilando su casa como un loco que quiere recuperar algo, pero que, en este caso, a su hijo no podía recuperar. Un día desde su coche seguía observando y vió que tenía un hijo, el que el podía tener. El padre atemorizado al ver al otro padre feliz con su hijo, y el no poder estar con el suyo explotó de rabia. Le dijo a su hija que fuese a la zona de su casa, y ahí es donde Andrés conoció a la chica. Pasaban tardes y tardes, hasta que decidieron invitarle a cenar a su casa.
Sergio Cobo Romero
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