Nuestra profesora nos propuso hacer un ejercicio creativo en el que nos pongamos en el lugar del Monstruo de Frankenstein, haciendo así un texto narrativo en el que seamos una persona marginada que desarrolla una actitud violenta. Aquí os lo dejo.
Todo comenzó un día de invierno, yo fui al colegio como siempre había hecho, es lo más normal en un niño de nueve años, ir al colegio todos los días de diario a no ser que esté enfermo o no haya clases por un día festivo o lo que sea. Desde ese día dejé de ir al colegio. mi vida cambió.
Siempre desde pequeño he sido el rarito, el que apartaban e ignoraban. No se que hacía para ser raro, solo iba a mi rollo sin molestar a nadie. Desde pequeño me han pegado e insultado porque todos me catalogaban como raro. No soy como ellos y ya soy raro.. No lo entiendo.. No entiendo como la gente puede ser tan cruel, porque no solo eran los niños de mi edad, los profesores también me aislaban y me hablaban mal. No se por qué.. ¿Me lo merecía? ¿Hice algo mal para que no me prestara atención nadie nunca? Para que solo recibiera malos tratos y ni una sola buena persona había. Todos me marginaban y yo lo único que quería es tener amigos como un niño normal y corriente.. Hubo un momento en el que ya me acostumbré a ir al colegio y que ni me mire la gente, como me trataban mal todos los días pues acabé acostumbrándome. Pero hubo un día que no pude más. Mi madre nunca me ha tratado mal, siempre ha sido la única que he tenido para apoyarme pero nunca la he contado nada de lo que me pasaba fuera de casa. Aquel día llegué a casa del colegio y mi madre estaba tumbada en el sillón con una botella de vino en la mano. Nada más verme vino llorando hacia mí y me pegó, me insultó y a continuación me vomitó encima. Nunca había tenido esa situación con mi madre, estaba borracha, nunca la había visto así y mucho menos me había pegado o insultado. Mi madre se desmayó y llamé a la vecina, cuando vino llamó a la ambulancia. Yo empecé a llorar y la vecina me dijo que me fuera a ducharme. Al día siguiente vi en las noticias que una ambulancia se estrelló y no sobrevivieron ninguno de los que iban dentro de ella. Esa ambulancia era en la que iba mi madre. Mis abuelos vinieron a casa para quedarse conmigo a cuidarme, pero ellos nunca me han querido.. La única persona que me tenía aprecio era mi madre y ahora estaba muerta... Al día siguiente yo tenía colegio. Me levanté y fui a desayunar a la cocina. Vi un cuchillo grande con el que mi madre solía cortar cuando cocinaba.. Lo cogí y me lo guardé en la mochila. Llegué al colegio y no pude controlarme. Nadie me quería, solo había una persona que me quería y ya no estaba. Cuando llegué a clase me senté, abrí la mochila, saqué el cuchillo y le corté la mano a uno de los niños que me pegaba todos los días. Mi vida cambió.. Ya no fui más al colegio porque me metieron en un centro psiquiátrico. Desde entonces me tienen encerrado. Al final va a ser verdad que soy "rarito".
Adrián Nieto Cantelar
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