Séneca
Séneca destacó como pensador, tanto como intelectual y político. Consumado orador, fue una figura predominante de la política romana durante la era imperial, siendo uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados; a causa de este extraordinario prestigio, fue objetivo tanto de enemigos como de benefactores.
De tendencias moralistas, Séneca pasó a la historia como el máximo representante del estoicismo y moralismo romano tras la plena decadencia de la república romana. La sociedad romana había perdido los valores de sus antepasados y se trastornó al buscar el placer en lo material y mundano, dando lugar a una sociedad turbulenta, amoral y antiética, que al final la condujo a su propia destrucción.
Cartas
Séneca con este texto nos quiere hacer ver que todo está en constante cambio, y con esto, el constante cambio en la vida: crecemos, nos hacemos cada vez más viejos, cambiamos nuestras costumbres según pasa el tiempo... Todo está en constante cambio. También nos hace ver que no podemos tener miedo a la muerte y que la muerte no es algo que solo pasa una vez, porque cada cambio, aunque sea un cambio diminuto, implica una pequeña muerte, por ejemplo: cuando en la adolescencia te cambia la voz de aguda a más grave, esa voz ya no la vas a volver a tener como antes, esa es la muerte de tu voz de niño. Séneca en el texto dice: ``Yo mismo, mientras digo que las cosas cambian, he cambiado.´´, cada segundo que pasa estás cambiando, aunque no lo aprecies, pero todo está siempre en constante cambio que llevan consigo una pequeña muerte. También dice: ``Eso de temer que alguna vez nos moriremos, cuando cada momento es la muerte de la anterior condición.´´, nos hace ver que tenemos que dejar de temer a la muerte ya que sufrimos una muerte cada momento.
Redacción personal sobre la muerte
Temer a la muerte es algo normal, desaparecer del mundo y no volver a estar con tus seres queridos, no volver a tener esos objetos que tan importantes son para tí, no poder disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, aunque bueno no se sabe que hay después de la muerte, a lo mejor está el paraíso con todas tus cosas preferidas, a lo mejor vuelves a nacer en otro ser, o simplemente no hay nada.
De momento no se sabe que hay después de la muerte, para saber eso faltan muchos años, igual ni se descubre. Lo que si se sabe de la muerte es el sufrimiento, la tristeza, la rabia, el dolor que se queda en las personas que tienen ese sentimiento de cariño hacia ese abuelo/a, ese padre, esa madre, ese hermano/a, ese amigo/a, ese ídolo/a, esa mascota, ese chico/a que tanto amas, y se va.
Se va para no volver, se va para siempre, se va a un viaje eterno de donde nunca volverá, porque su destino no es otra cosa que la última parada de la vida, el final del viaje que es la vida, la muerte.
Yo sinceramente a esto último es a lo que más temo. La muerte de alguien que tienes cariño, alguien que quieres y quieres que no se vaya y se quede toda la vida contigo, pero la muerte es impredecible, puede estar en cualquier lado y en cualquier momento. Yo no temo mi muerte, yo ya me moriré cuando me toque, yo temo que un día me levante como un día cualquiera y me den una noticia que no quiero escuchar, porque eso es más doloroso que tu propia muerte, porque ese es el mayor miedo a la muerte, vivir con la angustia de que cualquier día cojas una simple llamada de teléfono y no te de tiempo a colgar para que ya hayas empezado a llorar.
Cartas
Séneca con este texto nos quiere hacer ver que todo está en constante cambio, y con esto, el constante cambio en la vida: crecemos, nos hacemos cada vez más viejos, cambiamos nuestras costumbres según pasa el tiempo... Todo está en constante cambio. También nos hace ver que no podemos tener miedo a la muerte y que la muerte no es algo que solo pasa una vez, porque cada cambio, aunque sea un cambio diminuto, implica una pequeña muerte, por ejemplo: cuando en la adolescencia te cambia la voz de aguda a más grave, esa voz ya no la vas a volver a tener como antes, esa es la muerte de tu voz de niño. Séneca en el texto dice: ``Yo mismo, mientras digo que las cosas cambian, he cambiado.´´, cada segundo que pasa estás cambiando, aunque no lo aprecies, pero todo está siempre en constante cambio que llevan consigo una pequeña muerte. También dice: ``Eso de temer que alguna vez nos moriremos, cuando cada momento es la muerte de la anterior condición.´´, nos hace ver que tenemos que dejar de temer a la muerte ya que sufrimos una muerte cada momento.
Redacción personal sobre la muerte
Temer a la muerte es algo normal, desaparecer del mundo y no volver a estar con tus seres queridos, no volver a tener esos objetos que tan importantes son para tí, no poder disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, aunque bueno no se sabe que hay después de la muerte, a lo mejor está el paraíso con todas tus cosas preferidas, a lo mejor vuelves a nacer en otro ser, o simplemente no hay nada.
De momento no se sabe que hay después de la muerte, para saber eso faltan muchos años, igual ni se descubre. Lo que si se sabe de la muerte es el sufrimiento, la tristeza, la rabia, el dolor que se queda en las personas que tienen ese sentimiento de cariño hacia ese abuelo/a, ese padre, esa madre, ese hermano/a, ese amigo/a, ese ídolo/a, esa mascota, ese chico/a que tanto amas, y se va.
Se va para no volver, se va para siempre, se va a un viaje eterno de donde nunca volverá, porque su destino no es otra cosa que la última parada de la vida, el final del viaje que es la vida, la muerte.
Yo sinceramente a esto último es a lo que más temo. La muerte de alguien que tienes cariño, alguien que quieres y quieres que no se vaya y se quede toda la vida contigo, pero la muerte es impredecible, puede estar en cualquier lado y en cualquier momento. Yo no temo mi muerte, yo ya me moriré cuando me toque, yo temo que un día me levante como un día cualquiera y me den una noticia que no quiero escuchar, porque eso es más doloroso que tu propia muerte, porque ese es el mayor miedo a la muerte, vivir con la angustia de que cualquier día cojas una simple llamada de teléfono y no te de tiempo a colgar para que ya hayas empezado a llorar.
Adrián Nieto Cantelar
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